El rapto de la iglesia

El rapto de la iglesia

Por: José Federico Perea Reynoso

¿Qué es el rapto? El arrebatamiento, como algunos le llaman, es un acontecimiento esperado por la iglesia cristiana en el cual se espera que Cristo venga por la iglesia y que ésta sea arrebatada para encontrarse con el Señor en las nubes. El rapto, “afirma que la iglesia será raptada para unirse a Cristo cuando venga la Parousia”[1] y se fundamenta en Primera de Tesalonicenses 4.15-17.

Les decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que murieron, 16 sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.[2]

La Parousia es un término griego que se relaciona con el retorno de Cristo a la tierra por su iglesia. No significa solamente presencia, sino también hace referencia a la venida del individuo. Una de las mayores inquietudes que la iglesia tiene es saber cuándo exactamente va a suceder ese acontecimiento y las señales precedentes. Sin embargo, estas inquietudes no son actuales, los discípulos de Jesús tuvieron las mismas dudas y al respecto la Santa Biblia dice: “mientras Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron por separado, y le dijeron: Dinos, ¿cuándo sucederá todo esto, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?”[3]

Sin duda, para los apóstoles, luego de la resurrección de Jesús el regreso del Señor era inminente y la expectativa de su venida era mayor que la nuestra actualmente. El problema es que muchos de ellos empezaron a morir y el Señor no venía, y eso empezó a generar dudas entre sus seguidores. Por ejemplo, los tesalonicenses tenían la duda ¿qué iba a suceder con los cristianos que habían muerto antes de la venida del Señor?

El apóstol Pablo les responde, “hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él”.[4]

En cuanto a la pregunta inicial ¿cuándo será la parousia? A pesar de que el Señor la respondió, se sigue haciendo actualmente la misma pregunta, porque el hombre quiere tener el control de todo y quiere controlar la venida del Señor y eso, solo le pertenece al Señor. Por eso dice Mateo 24.36 “en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de los cielos. Sólo mi Padre lo sabe”[5].

“Estén atentos, porque ustedes no saben el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá”.[6]

La iglesia debe permanecer velando. El que está en vela, está esperando algo o alguien. “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”.[7] “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.[8]

A pesar de las enseñanzas bíblicas, se han levantado muchos falsos maestros que engañan a la grey de Dios. En cuanto al rapto, infunden temor a los hermanos y los llevan a tomar decisiones alocadas dándoles falsas esperanzas al dar una fecha de su venida.

El verdadero maestro y pastor, debe ser sobrio, como dice Pablo en Segunda de Timoteo,

Procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien la palabra de verdad. Pero evita las palabrerías vanas y profanas, porque más y más conducen a la impiedad y su palabra carcome como gangrena; entre esa gente están Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad al decir que la resurrección ya se efectuó, con lo que trastornan la fe de algunos.[9]

El problema central de la escatología es la interpretación; en la forma en que se entienden los textos bíblicos y de esas diferentes formas de entender el texto bíblico surgen diferentes posturas escatológicas.

Si bien, la Santa Biblia no dice el día y la hora del rapto, si hay algunas enseñanzas de los apóstoles que señalan cómo va a ser.

Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él. Les decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que murieron, sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre. Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.[10]

Sobre el mismo tema, Pablo le escribió a los corintios lo siguiente:

Pero una cosa les digo, hermanos: ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios, y tampoco la corrupción puede heredar la incorrupción. Presten atención, que les voy a contar un misterio: No todos moriremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Pues la trompeta sonará, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que lo corruptible se vista de incorrupción, y lo mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto, que es corruptible, se haya vestido de incorrupción, y esto, que es mortal, se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: Devorada será la muerte por la victoria.[11]

Sin lugar a duda, el rapto será un acontecimiento glorioso, será visible y audible. La iglesia debe dejar de preocuparse por las señales, debe cumplir con su mandato que el Señor Jesús les dio a sus discípulos. “Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.[12]

La iglesia debe seguir pregonando el mensaje del evangelio de Jesucristo, ese mensaje de esperanza, esperanza que se alcanza por medio de la fe en Cristo. ¡Maranatha! ¡El Señor viene!



[1] González, Justo L, 2010, Diccionario teológico, Editorial Clie.

[2] Santa Biblia RVC, 2000, 1 Tesalonicenses 4.15-17.

[3] Ibid. Mateo 24.3.

[4] Ibid. Primera de Tesalonicenses 4.13-14

[5] Ibid. Mateo 24.36

[6] Ibid. Mateo 23.5

[7] Ibid. Primera Tesalonicenses 5.6

[8] Ibid. Tito 2:13

[9] Ibid. Segunda Timoteo 2.15-18.

[10] Ibid. Primera Tesalonicenses 4:14-18.

[11] Ibid. Primera de Corintios 15.50-54.

[12] Ibid. Mateo 28.19-20. 

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