El púlpito no debe ser un castillo de los cobardes
“No permitamos que nuestra predicación directa y fiel degenere en regaños a la congregación. Algunos llaman al púlpito Castillo de los Cobardes, y tal nombre es muy propio en algunos casos, especialmente cuando los necios suben a él e insultan impúdicamente a sus oyentes, exponiendo al escarnio público sus faltas o flaquezas de carácter” Spurgeon El sermón debe ir cargado de amor y misericordia, respaldado por horas de preparación y oración. Un pastor que utiliza el púlpito para regañar o evidenciar las faltas de sus ovejas no es apto para el ministerio. El ministerio pastoral está lleno de responsabilidades y no puede descuidar ninguna de ellas, sin embargo “entre las variadas responsabilidades asignadas a un pastor, la de predicar se mantiene a la cabeza en importancia sobre el resto” (MacArthur, 2005) . Las comunidades de fe están llenas de personas con necesidades y problemas. Muchas de ellas necesitan ser restauradas no regañadas ni evidenciadas p...