Responsabilidades del pastor (parte dos)
La tecnología no es nada. Lo importante es que tengas fe en la gente, que sean básicamente buenas e inteligentes, y si les das herramientas, harán cosas maravillosas con ellas.
Steve Jobs
Steve Jobs
Enseñar usando tecnología
Oseas 4:6
Oseas 4:6
Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos. (Oseas 4:6. RVR 1960).
En una primera parte se abordó el tema central de Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, resaltando la responsabilidad que tiene el líder de llevar al pueblo al conocimiento de Cristo.
Para el líder cristiano, el uso de la tecnología en los tiempos modernos, debe ser vital para la transmisión de conocimiento a quienes tiene la misión de apacentar y pastorear.
La educación, como un proceso para la adquisición de conocimiento, inicia desde el momento de la creación del hombre. Para el hombre primitivo la experiencia fue el factor determinante en su proceso de aprendizaje y conocimiento, tuvo que adaptarse a las condiciones impuestas por su entorno para poder suplir sus necesidades básicas. En esta etapa no existía una sistematización ni instituciones que le permitieran su desarrollo educativo.
Para comprender la relación educación-conocimiento, se considera necesario definir el significado de conocimiento, sin pretender dar una definición epistemológica, por lo tanto, de una forma sencilla “se puede decir que el conocer es un proceso a través de cual un individuo se hace consciente de su realidad y en éste se presenta un conjunto de representaciones sobre las cuales no existe duda de su veracidad” (Martínez Marín & Ríos Rosas, 2006).
La tecnología permite ampliar ese conocimiento, sin embargo, el hacer mal uso de ella puede alejar al creyente, del conocimiento de Dios. La tecnología en si no es mala ni buena, es el uso que le damos es el que marca la diferencia. El líder cristiano tiene en sus manos una herramienta poderosa para transmitir el conocimiento de Cristo, es una oportunidad de interactuar con jóvenes enseñándoles y motivándoles a emplearla con responsabilidad. Existe un sin número de herramientas tecnológicas y aplicaciones que facilitan el aprendizaje cristiano. Por supuesto, acá quiero hacer una nota aclaratoria y es que la tecnología nunca debe sustituir el pastoreo personal que el buen pastor debe dar a sus ovejas.
El líder también debe prepararse y una de las formas de poder ampliar su conocimiento es por medio de la investigación, refiriéndose a ésta como “un conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema.” (Hernández Sampieri, 2014).
La hermenéutica da al pastor las bases para una buena interpretación, pero antes debe investigar y prepararse. “La hermenéutica se ha definido como la interpretación de cualquier literatura, antigua o moderna, religiosa o secular” (Fasold, 2017), por lo tanto, aunque no es de aplicación eminentemente religiosa, el buen uso de las reglas hermenéuticas en el estudio bíblico, le permitirán hacer una mejor interpretación del texto.
Sócrates introdujo la mayéutica como el arte de la investigación en común. “El hombre no puede por sí solo llegar a ponerse en claro consigo mismo” (Abbagnano, 1994, pág. 59), y por eso, Sócrates hace al alumno un sujeto activo en el proceso de aprendizaje. Su método -la mayéutica- hace alusión al trabajo de una partera y consiste en preguntar sobre un tema específico y así lograr un debate que permita dar a luz el conocimiento. Los grupos de estudio bíblico pueden crear un ambiente académico en donde el pastor o maestro motive el debate con el firme propósito de ampliar el conocimiento sobre un tema específico, buscando respuestas a la luz de la Biblia, dejando por un lado dogmas y doctrinas que por tradición han sido enseñadas para así poder hacer una correcta apología de nuestra fe, con argumentos valederos. ¿Conoces el camino de la verdad y la vida?
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Juan 14:5-7 (RVR 1960).
Hoy en día el uso de la tecnología nos mantiene conectados en cualquier parte del mundo por medio de un dispositivo electrónico que permite mantener conversaciones en tiempo real. El proceso de aprendizaje y la búsqueda de conocimiento se ha globalizado. El método socrático descrito anteriormente, así como muchos otros métodos pueden seguir siendo útiles con tecnología. Foros, salas de chat, clases virtuales, en fin, una amplia gama de posibilidades que hacen que el conocimiento pueda adquirirse desde la comodidad de la casa, donde el pastor o maestro hará el trabajo de ayudar a las ovejas o alumnos a encontrar respuestas a sus interrogantes o desarrollar estudios bíblicos haciendo uso del ciberespacio. Solo es cuestión que al igual que el hombre primitivo, nos adaptemos a las condiciones impuestas por la tecnología y hagamos que la palabra de Dios llegue a todo el mundo.
Para el líder cristiano, el uso de la tecnología en los tiempos modernos, debe ser vital para la transmisión de conocimiento a quienes tiene la misión de apacentar y pastorear.
La educación, como un proceso para la adquisición de conocimiento, inicia desde el momento de la creación del hombre. Para el hombre primitivo la experiencia fue el factor determinante en su proceso de aprendizaje y conocimiento, tuvo que adaptarse a las condiciones impuestas por su entorno para poder suplir sus necesidades básicas. En esta etapa no existía una sistematización ni instituciones que le permitieran su desarrollo educativo.
Para comprender la relación educación-conocimiento, se considera necesario definir el significado de conocimiento, sin pretender dar una definición epistemológica, por lo tanto, de una forma sencilla “se puede decir que el conocer es un proceso a través de cual un individuo se hace consciente de su realidad y en éste se presenta un conjunto de representaciones sobre las cuales no existe duda de su veracidad” (Martínez Marín & Ríos Rosas, 2006).
La tecnología permite ampliar ese conocimiento, sin embargo, el hacer mal uso de ella puede alejar al creyente, del conocimiento de Dios. La tecnología en si no es mala ni buena, es el uso que le damos es el que marca la diferencia. El líder cristiano tiene en sus manos una herramienta poderosa para transmitir el conocimiento de Cristo, es una oportunidad de interactuar con jóvenes enseñándoles y motivándoles a emplearla con responsabilidad. Existe un sin número de herramientas tecnológicas y aplicaciones que facilitan el aprendizaje cristiano. Por supuesto, acá quiero hacer una nota aclaratoria y es que la tecnología nunca debe sustituir el pastoreo personal que el buen pastor debe dar a sus ovejas.
El líder también debe prepararse y una de las formas de poder ampliar su conocimiento es por medio de la investigación, refiriéndose a ésta como “un conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos que se aplican al estudio de un fenómeno o problema.” (Hernández Sampieri, 2014).
La hermenéutica da al pastor las bases para una buena interpretación, pero antes debe investigar y prepararse. “La hermenéutica se ha definido como la interpretación de cualquier literatura, antigua o moderna, religiosa o secular” (Fasold, 2017), por lo tanto, aunque no es de aplicación eminentemente religiosa, el buen uso de las reglas hermenéuticas en el estudio bíblico, le permitirán hacer una mejor interpretación del texto.
Sócrates introdujo la mayéutica como el arte de la investigación en común. “El hombre no puede por sí solo llegar a ponerse en claro consigo mismo” (Abbagnano, 1994, pág. 59), y por eso, Sócrates hace al alumno un sujeto activo en el proceso de aprendizaje. Su método -la mayéutica- hace alusión al trabajo de una partera y consiste en preguntar sobre un tema específico y así lograr un debate que permita dar a luz el conocimiento. Los grupos de estudio bíblico pueden crear un ambiente académico en donde el pastor o maestro motive el debate con el firme propósito de ampliar el conocimiento sobre un tema específico, buscando respuestas a la luz de la Biblia, dejando por un lado dogmas y doctrinas que por tradición han sido enseñadas para así poder hacer una correcta apología de nuestra fe, con argumentos valederos. ¿Conoces el camino de la verdad y la vida?
Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Juan 14:5-7 (RVR 1960).
Hoy en día el uso de la tecnología nos mantiene conectados en cualquier parte del mundo por medio de un dispositivo electrónico que permite mantener conversaciones en tiempo real. El proceso de aprendizaje y la búsqueda de conocimiento se ha globalizado. El método socrático descrito anteriormente, así como muchos otros métodos pueden seguir siendo útiles con tecnología. Foros, salas de chat, clases virtuales, en fin, una amplia gama de posibilidades que hacen que el conocimiento pueda adquirirse desde la comodidad de la casa, donde el pastor o maestro hará el trabajo de ayudar a las ovejas o alumnos a encontrar respuestas a sus interrogantes o desarrollar estudios bíblicos haciendo uso del ciberespacio. Solo es cuestión que al igual que el hombre primitivo, nos adaptemos a las condiciones impuestas por la tecnología y hagamos que la palabra de Dios llegue a todo el mundo.
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